Dentro de este pequeño ecosistema se recrean todos los ciclos necesarios para la vida, las plantas crecen, se desarrollan y mueren sirviendo como abono para nuevas especies vegetales y microorganismos. El agua del primer y último riego aplicado al sistema antes de ser cerrado se evapora, condensa, precipita y finalmente se filtra entre el sustrato para volver a comenzar el ciclo que permite sustentar la vida dentro de este pequeño ecosistema de forma permanente.